El Solsticio de verano celebra el día más largo del año y está señalado por la batalla entre el Rey Acebo (la luz) y el Rey Roble (la oscuridad), en la que el primero sale victorioso. Por ello Litha es la fiesta de la purificación.

Era de extrema importancia para los antiguos celtas y muchos de los círculos de piedra, incluido el de Stonehenge, están alineados con la salida del sol en el solsticio de verano. Es la noche en la que los seres mágicos, como hadas, pasean por nuestro mundo a su antojo, creándose cierta fama de trastes. En mi pueblo existe la costumbre de ir a robar portales a los vecinos y dejarlos en el patio de la iglesia, donde a la mañana siguiente los tienen que ir a recuperar sus portales y otras pertenencias que no estuvieran amarradas.

Se celebra a media noche con una gran hoguera donde la gente quema cosas viejas, y algunos de nosotros, quemamos un papel con lo que no queremos en nuestra vida. Es idóneo para escribir un conjuro contra el mal de ojo. O redactar un hechizo de amor, para que el universo te envíe a la persona adecuada…

Mucha gente salta la hoguera para el mismo fin, la purificación.

En las zonas donde hay ríos o mar, la gente se da un baño de purificación en esta mágica noche, y otros ponen a la luz de la luna un balde con agua y hierbas de san Juan o pétalos de rosa, con la que al día siguiente se dan un baño o friegan su casa.