Desde muy antiguo la música forma parte de la magia y los grandes rituales de cualquier religión o tradición. Pero a todo el mundo no se le da bien la música, sin embargo podemos adquirir en algunas tiendas especializadas, tipo Natura, música relajante o de ritmos tribales para incluir en nuestros rituales.

En los carnavales y otras fiestas hacemos desfiles ruidosos por las calles, por poner un ejemplo. También existen programas de música con los que podemos componer una melodía específica para un ritual concreto y conseguir una mayor armonía para el fin que buscamos. Así he preparado una relación entre los días de la semana, planeta correspondiente, su color asignado y la nota musical.

Podríamos tocar una melodía con una clave concreta para potenciar algo concreto. Por ejemplo la clave de Sol que he asociado a venus entonaría música armoniosa para equilibrar fuerzas de amor, y fraternidad.

Con algunos tutoriales sencillos, podemos comenzar a jugar con las notas y las claves para componer una melodía agradable inspirada en aquello que ocupa el poder de nuestra mente.

La música es un gran sintonizador de las energías invisibles, o ¿acaso alguno de los posibles lectores es capaz de ver las ondas sonoras viajar por el aire?

La música es ancestral, su poder se remonta a los primeros sonidos emitidos por los hombres primitivos. A los primeros instrumentos. Los primeros sonidos puestos en un orden concreto creando la primera canción, seguramente fueron de un instrumento de percusión.

Pero los seres humanos primitivos ya oían el viento silbar entre las roca y el ruido de éste al mecer las copas de los árboles. No está demás tener una flauta entre nuestros accesorios para representar al elemento aire, en lugar del incienso de siempre.